Juliette Lewis regresa a España con su banda para repasar lo mejor de sus dos discos 'Y muchas sorpresas'
JULIETTE & THE LINKS.- Día: 23 de enero. Lugar: Sala Heineken. Hora: 19.30. Precio: 23 euros.
JOSÉ LUIS ROMO
Fue la morbosa adolescente de 'El cabo del miedo', a las órdenes de Martin Scorsese, y la despiadada psicópata de 'Asesinos natos'. Pero Juliette Lewis ha dejado atrás los focos de Hollywood para trasladar su provocativa presencia a los escenarios con su banda de garage, Juliette & The Licks.
Un grupo con el que demuestra que lo suyo va en serio y que no es otra actriz oportunista metida a cantante. «Nunca me ha importado que la gente se interese en mi música por el hecho de ser famosa, nadie puede decirme qué tengo que hacer. Cantar siempre ha sido mi pasión», afirma.
La californiana regresa a España para promocionar la edición en DVD de su segundo álbum, 'Four on the Floor', en dos paradas: Madrid y Barcelona. «Tocaremos material antiguo, pero queremos hacer algo muy divertido, con sorpresas y también reinterpretaciones de nuestros propios temas. Para mucha gente será como vernos por primera vez». Quizá entre esas sorpresas se encuentre algún adelanto de las canciones del nuevo álbum que esta devota confesa de Led Zeppelin o The Pixies dice tener compuesto. «Aún faltan algunos meses para que se publique. De momento, estamos haciendo las primeras pruebas en el estudio y vamos a tratar de experimentar».
Pero el hábitat en el que mejor se mueve Juliette es el cara a cara con el público. Embutida en estilismos imposibles que ella misma elige (como llevar bikini y rodilleras o plumas indias en la cabeza combinadas con chándales dorados), hace alarde de actitud punk y contorsionismo para delirio de sus fans, sobre todo en rabiosos temas como You’re Speaking My Language o Sticky Honey.
«Nuestro rock es pasional, duro, muy fuerte. Estoy acostumbrada a trabajar con las emociones, por eso creo que conecto tan bien con el público. Siento electricidad en cada uno de mis shows y en ellos se puede ver mucho más de nosotros que en los discos».
Así pues, parece poco probable que la protagonista de 'Kalifornia' vuelva a los platós («adoro hacer películas, pero cuando estás todo el día en la carretera es imposible») y reniega de su pasado en la Meca del cine y de sus estancias en clínicas de rehabilitación –financiadas por la iglesia de la Cienciología– por sus adicciones. «Hollywood es tan sólo una ciudad superficial y vacía. Creo que nadie que quiera dedicarse de verdad al arte debería tomar drogas. Me he convertido en alguien muy espiritual y saludable, para hacer buenos espectáculos es muy importante mantener la forma». Ella, desde luego, está de primera.
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